5 de desembre del 2006

04/12/2006 - Coronas



Gordo en la arista hacia la cumbre.

El sábado de madrugada con alevosía y nocturnidad salimos Gordo, Perill y yo rumbo a Benasque.

Una vez llegamos y después de un largo viaje lleno de batallitas y planes para futuras salidas, nos vamos directos al bar de los guías, a por la hamburguesa y la cervecita pero nos lo encontramos cerrado. Al final después de un corto paseo acabamos en otro de los bares típicos, del que no recordaré nunca el nombre, de la calle principal.

Comemos rápido, pasamos por la oficina de información para intentar descubrir como está la pista de Vallhiverna para subir hasta el Refugio de Pescadores y salimos con la valiosa información de que si tuviésemos un 4x4 no tendríamos ningún problema a no ser que con las lluvias de los últimos días hubiesen provocado algún desprendimiento.

Volvemos al coche y llegamos hasta el Plan de Senarta y no acabamos de decidirnos por meternos en la pista ya que mi coche no es un 4x4, mala suerte. Al final, después de barajar las posibilidades y los problemas que podemos encontrarnos al subir en coche puede más pensar el ahorro de dos horas de pateo de subida y el tute de bajada que la suspensión del coche.

Vamos muy lentos pero a parte de un par de tramos cortos la pista está bastante decente y llegamos sin problemas hasta el Refugio de Pescadores (1950 m).

Repetimos la ceremonia: una meadita, cambiarse la ropa, ponerse las botas, acabar de montar la mochila y quejarse de lo que pesa, siempre tienes la impresión de que seguro que la tuya es la que más pesa, y ponerse en marcha.

Llevamos poco más de dos minutos caminando y ya nos hemos despistado. Volvemos al puente y cogemos el camino correcto que sale del puente y va por el margen derecho del río. Al poco rato cruzamos el río y ya por el margen izquierdo ascendemos por un sendero muy bien señalizado que recorre una zona boscosa para salir un rato después, cuando se sobrepasa el bosque, al rellano de la pleta del Ibonet e Coronas (2230 m). A mano izquierda del camino, en sentido ascendente hay una cabaña (la vimos a la bajada y ya no fuimos a mirar como estaba pero no tenía mala pinta).

Desde aquí el camino asciende, dejando el Ibonet de Coronas a mano izquierda, por terreno rocoso que empieza a alternarse con algo de nieve. Hacia los 2400 la nieve ya cubre todo pero a parte de tener el camino muy señalizado, alguien ha pasado antes que nosotros y la huella es bastante reciente. La seguimos y llegamos al Ibón Inferior de Coronas ((2620 m) que está totalmente helado. Las mochilas empiezan a pesar, descansamos unos minutos y nos ponemos de nuevo en marcha. Dejamos a mano derecha el corredor de la Brecha Inferior de Llosás, cruzamos el desagüe del lago y ascendiendo cansinamente por un ondulante contrafuerte llegamos al Ibón Medio de Coronas (2725 m).

Solo llegar y girar a la derecha vemos la tienda de nuestros benefactores montada a orillas del lago. Nosotros las montamos sobre el mismo camino, algo más elevadas. En seguida mientras empieza a oscurecer intentamos calentar algo de sopa pero no queda gas y la sopa se enfría más rápido de lo que se calienta. Comemos un poco, charlamos un momento con los chicos de la tienda, les damos las gracias por la huella y sobre las 7 de la tarde y a unos -3º nos metemos en los sacos.

Son las siete y suena el despertador. Como cuesta ponerse en marcha. Cuatro galletas, repaso de la mochila y en marcha. El día se levanta nublado y feo y la niebla sigue cubriendo el Aneto y todas las cimas de los alrededores. Nos ponemos en marcha siguiendo el camino ya hecho por los dos chicos que van hacia el corredor Estasen. A medida que avanzamos hacia el collado de Coronas el día se va arreglando y parece que al final nos va a acompañar el sol.

Los caminos se desvían y ahora la ruta empieza con un ascenso más fuerte, la nieve más mala, toca abrir huella y todo se ralentiza. El día se estropea en pocos minutos y una densa niebla lo cubre todo. El viento empieza a soplar con fuerza y levanta la nieve. Que mal momento para pillar mal tiempo, el Collado de Coronas lo marca como una trepada de I pero con nieve, hielo, niebla y un viento bastante fuerte no se hace muy agradable y la cosa se nos complica. Al final salimos del Collado de Coronas (3196 m) y un fuerte viento nos golpea por todas partes. Es el momento de tomarse un descanso, relajarse de los momentos de tensión de la trepada y beber y comer algo. Nos protegemos metiéndonos en el pozo de nieve, Ibón Coronado, que se forma en el collado.


 Ascendiendo hacia el Collado de Coronas. A la izquierda la Tuca y el Pico de Coronas.

 Perill en los últimos pasos del Collado de Coronas.

Parece que el tiempo no mejora, y barajamos la posibilidad de bajarnos, teníamos entendido que el ascenso a la Tuca del Collado de Coronas era muy asequible pero no conseguimos ver por donde. Un agujero entre las nubes nos descubre una posibilidad y no lo pensamos más. Rodeamos el pozo y empezamos a ascender por una pala muy inclinada. Paso primero, la nieve me cubre hasta las rodillas y me agoto en pocos minutos. Pasa Gordo y ascendiendo sin compasión abre huella hasta la arista. Llegamos arriba y el día nos regala el sol. Hace viento y frío pero el sol nos renueva las fuerzas y empezamos a crestear hasta la Tuca del Collado de Coronas (3286 m) y desde aquí descendemos un poco y volvemos a ascender hasta el Pico de Coronas (3293 m).

 Tuca del Collado de Coronas. Pala/Canal por donde ascendimos.

El Aneto y a la derecha el corredor Estasen por donde asciende la otra cordada.

La idea era llegar hasta el Pico del medio pero vamos mal de tiempo y decidimos dejarlo aquí.


Deshacemos la arista hasta la canal de bajada y la primera impresión que me llevo es “nosotros no hemos subido por aquí verdad?, por desgracia somos los únicos que estamos por aquí arriba. Realizamos la bajada de espaldas y con mucha calma, un resbalón e igual llegamos a Aigualluts, llegamos hasta el Collado de Coronas. Nos tomamos unos minutos de reposo para mentalizarnos y acometemos el descenso, con mucho cuidado, superando los tramos de roca y llegando a las empinadas palas de nieve. A partir de aquí la ruta es un descenso tranquilo hasta las tiendas. El sol que nos ha acompañado durante todo el descenso se oculta entre la niebla cuando llegamos a las tiendas y lo que tenía que ser un agradable descanso se convierte en una lucha contra el frío para desmontar las tiendas. Comemos, bebemos y nos ponemos de nuevo en marcha. Casi del tirón nos plantamos, cuando empieza a oscurecer, en el Refugio de Pescadores.

Ahora si que se agradece tener aquí el coche. Bajamos hasta Benasque directo al bar de los guías a por la merecida hamburguesa y unas claritas.

Hablamos como grandes alpinistas hasta que entra en el bar Jordi Corominas (K2 - Magic Line) y bajamos un poco la voz no sin dejar de alegrarnos de lo bien que ha salido todo.

1 comentari:

Pekas ha dit...

Qué ganicas tengo de escaparme yo también a esos reinos... pero ahora me vienen dos semanas de curro a tope... pero después... la venganza de "The plasteline biceps-man " será terrible... :-))))))

Qué tal la nieve..??? blandurria por lo que veo en la foto..noo..???
Los accesos... aún abiertos..???

Guapa foto.. :-))))